miércoles, 26 de octubre de 2011

La Verdadera Solidaridad

La verdadera solidaridad
 
Consideremos estas ideas: “Donde hay sufrimiento y puedo hacer algo para aliviarlo, tomo la iniciativa. Donde no puedo hacer nada, sigo mi camino alegremente".
Semejantes ideas parecen prácticas, pero nos dejan el sabor de falta de solidaridad. ¿Cómo seguir adelante alegremente dejando atrás el sufrimiento, desentendiéndonos del pesar ajeno?

Veamos un ejemplo. En medio de la cera, un hombre cae en violentas convulsiones. Los transeúntes se arremolinan, dando instrucciones contradictorias y creando alrededor del enfermo un cerco asfixiante. Muchos se preocupan, pero no son efectivos. Tal vez quien llama urgentemente al médico, o aquel otro que pone a raya a los curiosos para evitar el apiñamiento, sean los más cuerdos. Yo puedo ser uno de los que han tomado la iniciativa, o tal vez un tercero que logra algo positivo y práctico en tal situación. Pero si actúo por simple solidaridad creando confusión, u obstaculizando a los que pueden hacer algo práctico, no ayudo sino que perjudico.

Lo anterior es comprensible, pero ¿qué quiere decir: “…Donde no puedo hacer nada, sigo mi camino alegremente”? No quiere decir que estoy muy contento por lo que sucedió. Quiere decir que mi dirección no debe ser entorpecida por lo inevitable; quiere decir que no debo sumar problemas a los problemas; quiere decir que debo positivizar el futuro, ya que lo opuesto no es bueno para otros ni para mi.

Hay personas que con una mal entendida solidaridad negativizan a quienes quieren ayudar y se perjudican ellas mismas. Esas son restas a la solidaridad, porque la energía perdida en ese comportamiento debería haberse aplicado en otra dirección, en otras personas, en otras gentes, en otras situaciones en las que efectivamente hubiera obtenido resultados prácticos. Cuando hablamos de resultados prácticos, no nos referimos solamente a lo brutalmente material, porque hasta una sonrisa o una palabra de aliento pueden ser útiles si existe una posibilidad de que ayuden. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario