viernes, 4 de noviembre de 2011

La Acción Válida

Para comenzar debemos darnos cuenta que todas las cosas que hacemos son una acción (ya sea hacer o no hacer algo, siembre todo lo que podemos hacer es una acción).
Luego debemos notar que toda acción, todo acto que realizamos nos deja un registro, una sensación, y esa sensación tiene la posibilidad de dejar un “buen registro” o un “mal registro”. A ese mal registro lo llamamos un registro contradictorio, un acto contradictorio donde lo que pensamos, sentimos y actuamos no concuerdan. Y a ese buen registro lo llamamos unidad interna que se ve reflejada en la coherencia donde lo que pensamos, sentimos y actuamos avanzan y concuerdan en una misma dirección.

Para reconocer el registro de la unidad tendrás que basarte en una profunda paz acompañada de una suave alegría que  te pone en acuerdo contigo mismo. Es lo que hace retroceder al sufrimiento.
El acto contradictorio es posible reconocerlo por la sensación de sufrimiento, violencia y traición a uno mismo.

Toda inversión en la correntada creciente de la vida, se experimenta como sufrimiento. Por ello, no sólo la contradicción es fuente de injuria mental. Pero mientras numerosas formas de sufrimiento pueden ser sobrepasadas por imperio de las circunstancias, la contradicción permanece tejiendo su oscura red de sombras.

Vemos que lo más importante de la vida se construye con materiales de unidad o contradicción. He aquí la importancia que tienen nuestras acciones

La acción válida es cuando sumado a un acto unitivo y coherente tratamos a los demás del modo en que quisiésemos ser tratado. En este punto no conviene ser ingenuo e indagar lo más profundamente la forma en la que quisiésemos ser tratados.

Entre dos tendencias se limita el hacer: allí el abismo que crece en la contradicción y, por encima, el vuelo que permite sobrepasarlo en acto válido.

No es indiferente lo que hagas con tu vida. Tu vida, sometida a leyes, está expuesta ante posibilidades a escoger. Yo no te hablo de libertad, te hablo de liberación, de movimiento, de proceso. No te hablo de libertad como algo quieto, sino de liberarse paso a paso como se va liberando del necesario camino recorrido el que se acerca a su ciudad. Entonces, “lo que se debe hacer” no depende de una moral lejana, incomprensible y convencional, sino de leyes: leyes de vida, de luz, de evolución.

Los actos unitivos o contradictorios se acumulan en ti. Si repites tus actos de unidad interna ya nada podrá detenerte.
Serás como una fuerza de la naturaleza cuando a su paso no encuentra resistencia. aprende a distinguir aquello que es dificultad, problema, inconveniente, de esto que es contradicción. si aquéllos te mueven o te incitan, ésta te inmoviliza en círculo cerrado.
cuando encuentres una gran fuerza, alegría y bondad en tu corazón, o cuando te sientas libre y sin contradicciones, inmediatamente agradece en tu interior. cuando te suceda lo contrario pide con fe y aquel agradecimiento que acumulaste volverá convertido y ampliado en beneficio.

Principio de Acción Válida nro. 11. 
El Principio de negación de los opuestos.
"No importa en qué bando te hayan puesto los acontecimientos; lo que importa es que comprendas que tú no has elegido ningún bando".
más en Los Principios de Acción Válida

No hay comentarios:

Publicar un comentario