domingo, 27 de noviembre de 2011

Principios de la acción válida - 5º El Principio de conformidad

5º El Principio de conformidad.


     "Si  para ti están bien el día y la noche,  el verano  y  el invierno, has superado las contradicciones".

   Este  Principio destaca en forma figurada la oposición de  las situaciones.  Sin embargo,  tal oposición podrá ser conciliada si se modifica el punto de vista con respecto al problema.

   El excesivo calor del verano,  hace pensar  compensatoriamente en el frío del invierno y a la inversa.  Toda situación  difícil hace  evocar o imaginar a su antagónica,  pero una vez  en  ella, vuelve la disconformidad.  Entonces,  la compensación nos lleva a su  punto  opuesto.   Allí  donde  aparezca  el  sufrimiento,  la compensación se pondrá en marcha, pero no por ello el sufrimiento mismo será vencido.

   Es muy distinto el punto de vista y el comportamiento frente a las  dificultades,  por  parte  de quien esta  orientado  por  un sentido  de vida definido.  Si alguien cree que su vida tiene  un sentido  y  que todo lo que le sucede sirve a  su  aprendizaje  y perfeccionamiento  en  esa  dirección,   los  problemas  que   le aparezcan  no tenderán a ser eludidos  compensatoriamente,  sino que los asumirá descubriendo también en ellos alguna utilidad. El frío del invierno será aprovechable y también el calor del verano y  cuando  cada uno se presente,  esa persona dirá:  "En  que  se oponen las estaciones, si ambas me sirven"?

   He aquí una historia que revela esa postura a la perfección:
  
   Hubo  un varón llamado Job,  recto y temeroso  de  Jehová;  su prole  y  su riqueza eran grandes y en todo estaba  sujeto  a  la voluntad de dios.
   Un  día  vinieron los hijos de Dios a presentarse  delante  de Jehová,  entre los cuales vino también Satán,  el maligno. Y  dijo Jehová a Satán: "De donde vienes?".  y respondiendo  Satán,  dijo: "De  rodear  la  tierra  y de andar por  ella". Y  Jehová  dijo  a Satán: "No has considerado a Job,  que no hay otro tan justo en la tierra?. A lo que replicó Satán: " Al trabajo de sus manos has  dado bendición  y su hacienda y sus hijos  han  crecido. Mas,  extiende ahora  tu  mano,  y  toca a todo lo que tiene y veras  si  no  te blasfema en tu rostro". Jehová permitió entonces,  que pusiera  el maligno  su  mano sobre toda posesión de Job,  mas  no  sobre  su persona.
   Entonces,   los   hijos  de  Job  fueron  muertos   por   unos salteadores;  el fuego consumió a sus ovejas; los caldeos sus camellos, y un gran viento derrumbó su casa.
   Sabedor  de todo aquello,  Job hizo duelo y cayendo en  tierra dijo:" Desnudo  salí  del vientre de mi madre  y  desnudo  tornare allá. Jehová me dio y Jehová me quitó, bendita sea su voluntad".
   Entonces, Satán pidió permiso a Dios para tocar a Job y Jehová se lo dio a condición de que no tomara su vida.
   Hirió  a  Job  una sarna desde la planta de su  pie  hasta  la mollera  de su cabeza. Y tomaba una teja para rascarse  con  ella, sentado en medio de ceniza.
   Así,  durante años la aflicción y la enfermedad cayeron  sobre la cabeza de Job,  y su mujer desde la distancia le gritaba:" Aún retienes tu simplicidad?  Bendice a Dios y muérete!" A lo que Job respondía: "Recibimos  el  bien de dios,  porque  no  habremos  de recibir su mal? Santo es Su nombre y Su voluntad".
   También sus amigos y conocidos se apartaron y fueron numerosos los  que  habiendo sido reconfortados por el en  su  momento,  le dijeron:  "Males y bienes se reparten en la vida pero quien  sino un  pecador y un hipócrita puede recibir tanto  mal.  Porque  hay malos  que gozan beneficios y hay buenos del  mismo  modo. También malos y buenos reciben la ira de Dios en sus cabezas, pero no hay quienes sufran del cielo tanto mal,  a cambio de alabanza,  o  es Jehová  injusto?.  A esto respondió Job:" No soy yo  quien  pueda juzgar los designios de Jehová. El me dio,  el me  quitó,  bendita sea su voluntad".
   Entonces  Jehová  atendió a Job y aumento al doble  todas  las cosas que de el habían sido.
   Y  vinieron  a el todos sus hermanos y  todas sus  hermanas  y todos  los que antes le habían conocido y comieron con el pan  en su  casa y condoliéronse de el y consolaron de todo el mal  que sobre  el  había Jehová traído;  y cada uno de ellos le  dio  una pieza de moneda, y un zarcillo de oro.
   Y  bendijo Jehová la postrimería de Job mas que su  principio; porque tuvo catorce mil ovejas,  y seis mil camellos y mil yuntas de bueyes y mil asnas.
   Y tuvo siete hijos y tres hijas.
   Y no se hallaron mujeres tan hermosas como las hijas de Job en toda la tierra.
   Y después de esto vivió Job ciento cuarenta años,  y vio a sus hijos y a las hijas de sus hijos, hasta la cuarta generación. Y Job,  dijo entonces: "Jehová me quitó, Jehová me dio, bendita sea su voluntad".

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